NO NOS
MERECEMOS ESTOS GOBERNANTES
HEMOS DE
REACCIONAR
Un día sí y otro también vemos cómo se va descorriendo
la cortina y nos deja ver la podredumbre que han ido fraguando aquellos que han
ocupado cargos públicos a lo largo de los años de esta mal llamada democracia y
los que, a su amparo, han medrado con sus respectivas empresas y/o contratos.
No hay ya respiro. Te levantas por la mañana,
enciendes la radio, ojeas el periódico, escuchas los comentarios de los vecinos
o de los que toman café, acudes a una reunión del tipo que sea….y el comentario
es el mismo: ¡otra vez!
Esto parece no tener fin. Es tanta la corrupción que
se ha acumulado por parte de muchos de los que han ocupado puestos de
responsabilidad tanto en lo público como en lo privado, con la aquiescencia
explícita o silenciosa de una buena parte de la ciudadanía, que parece
increíble.
Muchos ni en sus mejores sueños imaginaban tanto. Y
otros muchos, que conocen mejor lo que se ha cocinado en estos años de
alternancia PP / PSOE (y otros más pequeños) nos dicen que esto es sólo una
mínima parte de lo que realmente hay.
¿Tenemos derecho a quejarnos?
Hay una responsabilidad insoslayable de nosotros
mismos. Año tras año una gran mayoría de la ciudadanía le ha ido dando su
confianza en las urnas a uno u otro partido. Y se la ha ido dando teniendo, un
año tras otro, la experiencia que el dicho ciudadano ha escrito a fuego en la
conciencia colectiva: ¡todos son iguales!.
Hay otra responsabilidad en los que han callado porque
han recibido beneficios de los que han gobernado o de las empresas privadas que
se han aprovechado de lo público o esperaban hacerlo. Como bien ha dicho en un
periódico de ámbito estatal el pasado 13 de septiembre José María Mena,
exfiscal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, refiriéndose a dicha
Comunidad Autónoma: “Aquí sólo hay un provechoso pacto de silencio cooperador o
cómplice. Voluntaria e interesadamente callan los que piden y los que dan, los
que ofrecen y los que aceptan, los que obtienen ventajas y los que las
esperan”.
Pero nos equivocaríamos si creyéramos que ha sido la
mayoría de la sociedad la que se ha beneficiado de las migajas que caían de las
mesas de los poderosos. Sus enormes beneficios sólo han ido a parar a manos de
unos pocos que han aupado a otros pocos a los puestos de poder con el fin de
que pongan las leyes y las instituciones públicas al servicio de sus intereses.
Y que luego, cuando han dejado dichas instituciones, los han acogido solícitos,
sin rubor alguno, en sus grandes
empresas.
Estamos viviendo uno de esos momentos históricos en
los que la ciudadanía tiene la posibilidad de ponerse de pie, de retomar la
conciencia, de asumir su responsabilidad (tantos años delegada en otros). Y
decir, de un lado, basta ya. Y, de otro, dar un paso hacia delante, superar el
miedo y la servidumbre y organizarse para tomar las riendas de la política y de
la toma de decisiones.
En ese camino tiene ya una herramienta de trabajo:
PODEMOS, que ha logrado, hasta el momento despertar la ILUSIÓN de millones de
personas de toda clase y condición.
De nosotros depende.
Domingo Viera González
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